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El futuro incierto de los oficios tradicionales: Herreros y plomeros en peligro

El panorama laboral para los herreros, zingueros, electricistas, plomeros, gasistas, carpinteros, y techistas, está cambiando drásticamente en la actualidad. Estos oficios tradicionales, que han sido fundamentales en la construcción y mantenimiento de edificaciones durante décadas, se encuentran ahora en peligro de extinción debido a la falta de interés por parte de las nuevas generaciones en aprender y ejercer estas profesiones.

La escasez de mano de obra especializada en la industria de la construcción ya se está notando, con largas listas de espera y precios elevados para contratar a un profesional en alguno de estos oficios. Según testimonios de arquitectos consultados, los turnos para estos trabajadores pueden llegar a ser de hasta 3 o 6 meses, lo cual refleja la alta demanda y poca oferta en el mercado laboral.

Un estudio reciente realizado por Amanco Wavin reveló que la falta de plomeros y soldadores en Argentina es alarmante, especialmente entre los jóvenes de 18 a 25 años. Esta tendencia no es exclusiva de nuestro país, ya que a nivel global se proyecta que el 40% de la demanda de soldadores no será cubierta en los próximos años.

El envejecimiento de la fuerza laboral en estos oficios es uno de los principales factores que ha llevado a esta escasez de trabajadores especializados. Las nuevas generaciones suelen optar por carreras relacionadas con la tecnología y la innovación, dejando de lado oficios que perciben como menos atractivos o exigentes físicamente.

La falta de plomeros y soldadores no solo ralentiza los procesos productivos en la industria de la construcción, sino que también incrementa los costos operativos al generar retrasos y disminuir la calidad de los productos finales. Es urgente tomar medidas para revertir esta tendencia y garantizar el futuro de estos oficios tradicionales.

**El desafío de formar nuevas generaciones de plomeros y soldadores**

La falta de interés por parte de los jóvenes en aprender oficios como la plomería y la soldadura se debe en parte a la percepción de que estos trabajos son mal remunerados y poco valorados socialmente. Sin embargo, la realidad es que estos oficios son fundamentales para el funcionamiento de la sociedad y la economía, y su escasez puede tener consecuencias graves en la salud pública y en la calidad de vida de las personas.

Para fomentar el interés de las nuevas generaciones en estos oficios, es necesario promover programas formativos que se adapten a las necesidades actuales de la industria. La formación dual, que combina la teoría con la práctica en el lugar de trabajo, y la incorporación de la tecnología en el aprendizaje, pueden ser clave para motivar a más jóvenes a formarse como plomeros y soldadores.

**El rol de los cobots en la industria de la soldadura**

Ante la creciente demanda de soldadores en la industria, la llegada de los robots colaborativos, o cobots, se presenta como una alternativa prometedora. Estos dispositivos están diseñados para trabajar junto a los operarios humanos, mejorando la seguridad y la precisión en las operaciones de soldadura.

A diferencia de los robots industriales tradicionales, los cobots son más fáciles de programar y pueden ser configurados por personal con conocimientos básicos de programación. Su precisión milimétrica y capacidad para realizar tareas repetitivas y físicamente demandantes los convierte en una herramienta invaluable en la industria de la soldadura.

Si bien los cobots pueden optimizar las operaciones de soldadura y reducir los riesgos de errores humanos, no se espera que reemplacen por completo el talento humano. La supervisión, programación y ajuste de los parámetros de soldadura seguirán siendo responsabilidad de los trabajadores especializados en este oficio.

**El papel de las instituciones educativas en la formación de nuevos talentos**

Para garantizar el futuro de los oficios tradicionales como la plomería y la soldadura, es fundamental que las instituciones educativas y las empresas trabajen juntas para promover programas formativos que preparen a las nuevas generaciones para las demandas del mercado laboral.

En Argentina, las universidades públicas han asumido este desafío y han implementado escuelas de oficios en sus campus. Estas instituciones ofrecen formación en diversos oficios, adaptados a las necesidades de cada región, con el objetivo de brindar a los jóvenes las habilidades y conocimientos necesarios para desempeñarse con éxito en el mundo laboral.

Es necesario reconocer el valor de los oficios tradicionales y fomentar su aprendizaje y práctica entre las nuevas generaciones. La falta de plomeros, soldadores y otros trabajadores especializados en la industria de la construcción es un problema que debe abordarse de manera urgente para garantizar el desarrollo sostenible de la sociedad y la economía.