Hacer ejercicio regularmente es fundamental para mantener un estilo de vida saludable. Varios estudios han demostrado que las personas activas tienen menos probabilidades de enfermarse y viven más tiempo. El ejercicio no solo mejora la condición física, sino que también beneficia la salud mental y el bienestar en general. No es necesario realizar actividades vigorosas, ya que incluso caminar puede ser una forma efectiva de mantenerse activo.
Recientemente, investigadores del CSIC han descubierto que los beneficios del ejercicio moderado no solo son buenos para quienes lo practican, sino que también se transmiten a la descendencia, incluso hasta la segunda generación. Según el doctor José Luis Trejo, investigador del CSIC, se ha encontrado que los ratones descendientes de abuelos que hicieron ejercicio tienen una mejor capacidad de aprendizaje y memoria. Este efecto parece estar relacionado con ciertos «micro ARNs» que se transmiten de generación en generación a través de las células sexuales.
Es importante tener en cuenta que los efectos negativos de un estilo de vida sedentario también pueden afectar a la descendencia. Este hallazgo es especialmente relevante dada la falta de evidencia sobre la transmisión de los beneficios de las intervenciones en el estilo de vida para la salud cerebral y cognitiva.
En resumen, hacer ejercicio regularmente no solo beneficia tu propia salud, sino que también puede tener un impacto positivo en las generaciones futuras. Mantenerse activo y llevar un estilo de vida saludable no solo es beneficioso para ti, sino que también puede influir en la salud y el bienestar de tus descendientes. Por lo tanto, es importante fomentar hábitos saludables y promover la actividad física para garantizar un futuro más saludable para todos.