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La muerte de Viridiana Alatriste, la hija de Silvia Pinal, el 25 de octubre de 1982 a la edad de 19 años fue un momento devastador para la familia y el mundo del espectáculo. Viridiana, nacida del matrimonio entre Pinal y el productor Gustavo Alatriste, llevaba un nombre simbólico en homenaje a la película de Luis Buñuel, «Viridiana», que marcó un hito en la carrera de sus padres.

Desde temprana edad, Viridiana mostró talento artístico, debutando en televisión en el programa cómico ¡Cachún Cachún Ra-Ra! donde interpretó a «Viri» y conectó con el público joven. Su incursión en el cine con la película «La Seducción» dirigida por Arturo Ripstein demostró su capacidad para papeles complejos y su futuro prometedor en la actuación.

El trágico accidente que cobró la vida de Viridiana ocurrió después de una reunión con amigos en el departamento de Jaime Garza, su novio de ese entonces. Durante su regreso a casa, su Volkswagen Atlantic se salió de la carretera y cayó por un barranco, causándole la muerte instantánea.

La noticia de la muerte de Viridiana impactó profundamente a su madre, Silvia Pinal, quien la describió como una joven cariñosa, alegre e inquieta con un gran interés en el teatro clásico. Para Jaime Garza, la muerte de Viridiana representó la pérdida de un futuro maravilloso y una sensibilidad artística única.

A pesar de su corta carrera, Viridiana dejó una huella imborrable en la televisión y el cine mexicano. Su carisma, frescura y talento la destacaron como una promesa artística que se vio truncada prematuramente. Su legado sigue vivo en la memoria de quienes la conocieron, recordándola como un símbolo de talento y tragedia en la historia del espectáculo en México.