La investigación del Tribunal Supremo sobre las filtraciones en el caso de fraude fiscal de Alberto González Amador, pareja de la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso, ha dado un giro con el auto emitido por el juez Ángel Hurtado. En este documento, el magistrado sostiene la imputación de Álvaro García Ortiz para este miércoles y minimiza las filtraciones y bulos generados por Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Ayuso, en torno a este escándalo. A pesar de la controversia sobre quién fue el primero en filtrar un correo clave en este caso, el juez ha restado importancia a estas acciones, afirmando que no afectan significativamente a la investigación.
El auto también pone en duda la etiqueta de «defraudador confeso» atribuida a González Amador, que ha desencadenado más de diez pleitos contra políticos y periodistas. Las solicitudes de diligencias por parte de las defensas, incluyendo el volcado de mensajes enviados por Rodríguez, revelaron detalles cruciales sobre las filtraciones que desencadenaron una serie de reacciones en la Fiscalía. A pesar de estos eventos, el juez rechazó la petición de volcar el teléfono de Rodríguez y argumentó que esto no afecta a la naturaleza del posible delito en cuestión.
En el auto, el juez profundizó en la filtración de un correo previo que contenía la confesión del empresario, publicado por El Plural en la mañana del 14 de marzo. Este correo, según el juez, fue filtrado por un tercero sin autorización, lo que plantea interrogantes sobre la confidencialidad de la información. La reiteración de que González Amador no puede ser considerado un defraudador confeso subraya la complejidad de este caso.
La declaración de Álvaro García Ortiz, programada para este miércoles, marca un hito al convertirse en el primer fiscal general del Estado en comparecer como investigado en una causa penal. Las acusaciones de filtración de un correo comprometedor han desencadenado una serie de disputas legales y estratégicas dentro de la Fiscalía. A pesar de las defensas argumentadas por la Abogacía del Estado en nombre de García Ortiz, el juez Hurtado ha expresado su convicción de que existió una coordinación interna para perjudicar al empresario y su pareja.
El auto del juez plantea más preguntas que respuestas en este complejo entramado de filtraciones y acusaciones cruzadas. La comparecencia de García Ortiz y las siguientes declaraciones de otros implicados prometen arrojar luz sobre las verdaderas motivaciones detrás de este escándalo. Mientras tanto, la incertidumbre y la intriga siguen siendo el telón de fondo de este caso judicial en evolución.
