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Los socialdemócratas alemanes sufren una derrota histórica en las elecciones generales, cayendo al tercer puesto con tan solo el 16,4% de los votos, un mínimo sin precedentes para el Partido Socialdemócrata (SPD). El canciller Olaf Scholz, candidato del partido, ha calificado este resultado como «amargo» en un debate televisivo posterior a los comicios, confirmando que no participará en un gobierno con los conservadores ni en las negociaciones posteriores.

La victoria en las elecciones ha sido para los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), liderados por Friedrich Merz, quienes han obtenido un cómodo 28,5% de los votos junto a sus aliados de la CSU en Baviera, según las proyecciones de la cadena pública ARD. Este giro a la derecha en la principal economía de la Unión Europea marca un cambio significativo en el panorama político alemán.

Olaf Scholz, que buscaba la reelección como canciller alemán por el SPD, ha felicitado a la coalición conservadora de CDU y CSU por su victoria en estas elecciones generales, reconociendo la derrota de su propio partido. «Es un resultado amargo», expresó Scholz en una intervención en la sede del SPD en Berlín, donde se reunieron los líderes del partido para analizar los resultados provisionales.

Los sondeos a pie de urna indican que el SPD ha obtenido entre un 16% y un 16,5% de los votos, lo que marcaría el peor resultado en la historia del partido, superando incluso el 20,5% de los votos logrado en 2017. Esta es la primera vez que el SPD no logra ni la primera ni la segunda posición en unas elecciones generales, con un desempeño no visto desde 1887, cuando obtuvieron tan solo un 10,12% del voto.

Durante su intervención, Scholz también hizo referencia al resultado del partido ultraderechista AfD como «inaceptable», destacando la importancia de rechazar cualquier avance de la extrema derecha en la política alemana. El ministro de Defensa y posible sucesor de Scholz, Boris Pistorius, describió el resultado del SPD como «devastador y catastrófico», sin intentar disimular la gravedad de la situación.

En el panorama político, tras el SPD se sitúan sus socios de gobierno, los Verdes, con un 11,9% de los votos, seguidos por Die Linke con un 8,6% después de un resurgimiento sorprendente durante la campaña electoral. Las primeras proyecciones muestran que Die Linke ha logrado un impacto en Berlín, preparándose para declarar su propia victoria en medio de la contienda electoral.

En un contexto de cambios significativos en la política alemana, el resultado de las elecciones generales refleja una reconfiguración del poder y la representación política en el país. La caída del SPD y el ascenso de los conservadores marcan un hito en la historia política de Alemania, con consecuencias que se harán sentir en el futuro del país y la región europea en su conjunto.