Portugal está pasando por un momento complicado, donde la desconfianza hacia los periodistas, científicos y políticos tradicionales está en aumento. La ultraderecha se está acercando al Partido Socialista, lo que ha sido una sorpresa para muchos.
**Descontento y desafíos económicos**
Ir al supermercado en Portugal cuesta casi lo mismo que en España, pero la gasolina es mucho más cara en territorio portugués. Además, comprar una bombona de gas en Lisboa duplica su precio en comparación con Madrid. La clase media se siente asfixiada por la caída de su poder adquisitivo, con precios de alimentos en alza y una crisis inmobiliaria en aumento. La situación ha llevado a un voto de protesta que ha impulsado a la ultraderecha a una posición sin precedentes en 50 años de elecciones democráticas.
**Desafíos y descontento social**
Los jóvenes se encuentran atrapados viviendo con sus padres, sin poder soñar con tener su propio espacio. Las nuevas viviendas se construyen principalmente para clases altas o inversores extranjeros, mientras que el centro de las ciudades se convierte en atracciones turísticas que dejan a los portugueses sintiéndose marginados. El campo se encuentra olvidado, sin servicios públicos ni transporte adecuado, lo que ha llevado a situaciones lamentables como personas que deben esperar en ambulancias por la falta de hospitales cercanos abiertos.
**Auge de la ultraderecha y desconfianza en la política**
La ultraderecha ha logrado transmitir la idea de que Portugal es un país con «puertas abiertas», a pesar de las dificultades burocráticas que enfrentan tanto los emprendedores locales como los inmigrantes. La desconfianza en los políticos tradicionales ha creado un vacío que la ultraderecha ha sabido llenar, con un líder proveniente de un programa de televisión de tertulia deportiva. A pesar de escándalos de corrupción y malas prácticas, la ultraderecha ha seguido creciendo, desafiando las creencias de que Portugal era inmune a este tipo de ideologías.
**Incertidumbre política y futuras elecciones**
Las recientes elecciones han debilitado a la izquierda y fortalecido a la derecha, con un escenario de gobernabilidad inestable. La posibilidad de una revisión constitucional por parte de la derecha sin necesidad de los socialistas es un hecho sin precedentes en la historia política de Portugal. Con un futuro incierto, el país se encamina hacia un panorama de inestabilidad que podría desembocar en elecciones anticipadas en un futuro cercano.
En un país que una vez celebró su primera elección democrática con una participación del 92%, Portugal se encuentra ahora en un terreno incierto, donde la ultraderecha ha ganado terreno y la confianza en los partidos tradicionales se desvanece. La historia de Portugal está siendo reescrita, y solo el tiempo dirá hacia dónde se dirige realmente el país.