El presidente Donald Trump ha desatado una polémica internacional al afirmar que Israel cederá la Franja de Gaza a Estados Unidos, desencadenando reacciones adversas tanto de palestinos como de países árabes vecinos. A pesar de los intentos de la Casa Blanca por suavizar sus palabras, Trump reiteró su propuesta de «limpieza étnica» a través de un mensaje en redes sociales, asegurando que Israel entregará la Franja de Gaza cuando cesen los combates.
Un Plan Controvertido
Las declaraciones del presidente estadounidense han generado un rechazo generalizado, ya que proponen una acción ilegal que va en contra de los principios internacionales y los derechos humanos. Expertos consultados por elDiario.es advierten que este plan es poco probable de implementar y consideran que se trata de una estrategia negociadora por parte de Trump para aumentar sus exigencias en futuras conversaciones con países árabes de la región.
Jørgen Jensehaugen, investigador del Peace Research Institute of Oslo, destaca que esta propuesta otorga a Israel un margen de maniobra inusual al legitimar la limpieza étnica como una opción política. Además, complica seriamente las negociaciones para la segunda fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza, ya que Israel podría sentirse respaldado por Estados Unidos en sus acciones más extremas.
Reacciones Internacionales
Incluso países árabes que habían normalizado relaciones con Israel, como Egipto en 1979, han expresado su preocupación por este giro en los acontecimientos. Times of Israel informa que Egipto ha comunicado a Israel y Estados Unidos que el acuerdo de paz con Tel Aviv está en peligro debido a la postura adoptada por Trump.
Por su parte, los palestinos han rechazado rotundamente la propuesta, afirmando que su tierra, historia y lugares santos no están en venta ni son un proyecto de inversión. El portavoz del presidente palestino, Nabil Abu Rudeineh, ha declarado que el pueblo palestino no cederá ni un centímetro de su territorio, ya sea en Gaza o Cisjordania, y no permitirá que se repitan las catástrofes de 1948 y 1967.
En medio de la controversia, altos cargos del Gobierno estadounidense han tratado de calmar la situación, matizando las palabras de Trump. La secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, ha afirmado que cualquier desplazamiento de gazatíes sería temporal y que no hay un plan escrito sobre la propuesta del presidente. Por otro lado, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha mencionado que la intención de Estados Unidos es limpiar la destrucción para permitir el regreso de las personas.
En definitiva, la propuesta de Trump ha generado una gran preocupación a nivel internacional y ha puesto en entredicho la estabilidad en la región. Mientras los líderes políticos intentan manejar esta crisis diplomática, queda claro que las consecuencias de estas declaraciones podrían tener un impacto duradero en el conflicto palestino-israelí.