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La Casa Blanca ha confirmado este viernes que a partir de mañana, sábado 1 de febrero, se aplicarán aranceles del 25% a los productos provenientes de México y Canadá, así como del 10% a los productos de China. La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, reiteró la medida, anunciada previamente por el presidente Trump en noviembre pasado.

En declaraciones a la prensa, Leavitt explicó: “A partir de mañana, estos impuestos estarán vigentes. Estas son promesas hechas y promesas cumplidas por el presidente”. Por otro lado, se planteó la posibilidad de excepciones para las importaciones de petróleo canadiense y mexicano, aunque la secretaria de prensa no proporcionó comentarios al respecto.

El anuncio de los aranceles se vinculó a la llegada de migrantes y fentanilo a Estados Unidos, según lo expuesto por el presidente a través de su red social Truth Social. Trump afirmó que estos aranceles permanecerán en vigor hasta que se detenga la entrada de drogas, especialmente fentanilo, y de inmigrantes ilegales al país, otorgando a México y Canadá la responsabilidad de resolver este problema.

En el caso de China, Trump acusó al país de no detener adecuadamente el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. Esta decisión tendrá un impacto significativo en la economía estadounidense, ya que México y Canadá son dos de los principales socios comerciales del país. Se espera que el resultado inmediato sea un aumento de los precios, lo cual contrasta con la promesa del presidente de reducir el costo de la cesta de la compra.

La aplicación de estos nuevos aranceles a México y Canadá implica una violación del tratado firmado con ambos países en 2020, que reemplazó al NAFTA de 1994, el cual fue criticado por Trump durante su campaña electoral. Este acuerdo deberá revisarse en 2026, y el equipo del presidente ya está considerando modificaciones para evitar que China utilice a México como plataforma para exportar vehículos eléctricos, acero y otros bienes a Estados Unidos.

Por su parte, Trump ha convertido los aranceles en un pilar fundamental de su política internacional, amenazando con su aplicación no solo a México y Canadá, sino también a China, Rusia y, recientemente, Colombia. La confrontación con el presidente colombiano, Gustavo Petro, surgió por la negativa de este último a aceptar la deportación de 160 connacionales, desencadenando un conflicto diplomático que se resolvió rápidamente.

Además, Trump también ha amenazado a Rusia con altos aranceles, impuestos y sanciones si el presidente Vladímir Putin no llega a un acuerdo de paz en Ucrania. Esta estrategia forma parte de la visión del presidente de impulsar la economía estadounidense, incentivando la fabricación de productos en territorio nacional. Durante su participación en Davos, Trump destacó la importancia de producir localmente para evitar el pago de aranceles.

Sin embargo, no todos los miembros del nuevo gobierno comparten la misma opinión sobre los aranceles. Tanto el secretario del Tesoro, Scott Bessent, como el secretario de Comercio, Howard Lutnick, han manifestado reservas sobre las medidas proteccionistas, señalando posibles efectos inflacionarios y destacando que las amenazas de aranceles podrían ser simplemente una estrategia de negociación.

Luego de tres reducciones consecutivas de los tipos de interés, la Reserva Federal ha optado por mantener una postura prudente, a la espera de ver cómo se desarrollan las políticas económicas de la nueva administración. La incertidumbre en torno a los aranceles y su impacto en la economía estadounidense ha generado debate y preocupación entre los funcionarios gubernamentales y los expertos financieros.